sábado, 5 de febrero de 2011

El pequeño saltamontes

Hace algunos anos, no muchos porque no soy muy vieja, pero no pocos porque no recuerdo bien. Mi tía, la que vive en el llano siempre nos contaba muchas historias, algunas eran ciertas, y según ella otras también. Que si gente muerta que aparecía, que si algunos vivos que después aparecían muertos. También nos echaba chistes y nos contaba anécdotas de todos mis tíos y primos cuando estaban pequeños. De todas las veces que mis abuelas les pegaban porque se portaban mal y las veces que los nietos le pegaban a las abuelas para que se portaran bien. 

Pero, si existe alguna historia de la que siempre me acuerdo es la del pequeño saltamontes. Cuando nosotros (cuando digo "nosotros" me refiero a todos los primos, que somos 7 contemporáneos en edad, mi hermana y yo) estábamos pequeños, nos mandaban para los llanos, a la casa de mi tía a pasar las vacaciones del colegio, y mi tía (la "mala" - en todas las familias hay una) nos ponía a hacer miles de cosas, nada divertidas. Nos despertaba muy temprano en la mañana, nos daba avena de desayuno y nos mandaba al patio de la casa (casa de campo, digase muy grande) y nos dividía en en tres equipos de dos y mi hermana que era la menor estaba sola. Ella espantaba las gallinas (que como tenia), dos mas recogían todas las hojas de los arboles, otros dos las colocaban en bolsas gigantes y los últimos dos tenían que colocarlas fuera de la casa, para que el camión de la basura se las llevara. Mas tarde nos enviaba a hacer los "mandaos", que si ir al mercado, a la farmacia, a cobrarle la plata de "Avon" a Rosita la vecina (mala paga) de la cuadra de atrás que nunca salia y nos echaba los perros. Después nos dejaba jugar como unas 3 horas y nos ponía en fila para que nos bañáramos. 

Ahora, ay que alguno de nosotros no hiciéramos caso en alguna de las tareas del día, que ahí venia "El mechoneo" (Definase como mechoneo, el hecho de que te tiemplen sumamente duro el cabello naciente en el área superior a las orejas), o "El lepe" (Definase lepe, como la función que cumplía la mano de mi tía al momento de juntarla con tu frente de una manera bastante rápida y fuerte y dejando la marca de cuatro de los cinco dedos de su mano dibujados). Y a la hora de dormir, habían dos cuartos grandes con dos camas matrimoniales cada uno y dos chinchorros (Definase como chinchorro-hamaca, a una especie de cama tradicional tejida a mano, la cual se agarra pos dos extremos y se cuelga a dos lados de una pared o un árbol donde el cuerpo de la persona queda flotando).   

Hasta ahora, no a habido ningún cuento espeluznante... Pero aquí es donde viene la parte interesante del cuento y el por que del pequeño saltamontes. Cuando ya todos estábamos acostados, nos poníamos muy ansiosos y queríamos jugar y hablar. Entonces mi tía, se venia de su cuarto y nos echaba un cuento para dormir que se llamaba "el pequeño saltamontes" que decía así: "Hace muchos anos, un grupo de primos que siempre los mandaban de vacaciones a casa de su tía se pusieron de acuerdo para escaparse, porque su tía los maltrataba mucho y los ponía a trabajar todo el día sin darles descanso, ni tiempo para jugar. Un día, planearon todo. Cuando la tía los mando un grupo a cobrar un dinero, y al otro al mercado, se encontraron en el camino y se fueron juntos, pensando en tomar un bus y regresar a su casa. Pero poco a poco se fueron perdiendo y solo se escuchaba un sonido a lo lejos, así como el de un grillo, hasta que solo quedo uno y tuvo que volver a la casa de la tía por ayuda, pero solo encontró un pequeño saltamontes en la mesa del comedor. El primo lloro y lloro, y después se dio cuenta que eso había pasado por no hacer caso. Fin." 

Todos siempre nos reíamos mucho cuando mi tía se iba, pues pensábamos que solo quería asustarnos, además como un pequeño saltamontes podía desaparecer, comerse o matar a tanta gente. Pero un día desidimos escaparnos (No para nuestras casas, pero si a una fiesta donde la vecina). Y fuimos saliendo uno por uno, hasta que nos encontramos todos en la puerta principal, y brincamos la pared para ir a la fiesta, cual es nuestra sorpresa? Que al momento de poner los pies en el suelo había un "pequeño saltamontes" Ay! mas vale que no, empezamos a gritar y a llorar, y desesperados por devolvernos a la casa, todos nuestros amiguitos se empezaron a reír y a burlar de nosotros cuando el saltamontes empezó a volar a nuestro al rededor y nos fuimos corriendo a donde mi tía y nos metimos corriendo los siete (como? no tengo idea) en la cama de mi tía, y al día siguiente hicimos todas las tareas calladitos. no fuera a ser que a la noche siguiente apareciera el "pequeño saltamontes" para hacernos algo.

1 comentario:

  1. muy buena entrada! jajaja eso me recuerda que todos tenemos una tia que se sabe 1000 cuentos aplicar disciplina!

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